Planear para hacer crecer pequeños mundos y convertirlos en gigantes
Ser parte del proceso de transformación educativa que propone la Nueva Escuela Mexicana ha sido un reto y, al mismo tiempo, una oportunidad de crecimiento profesional y personal. Desde mi rol como docente, he tenido que replantear no sólo la manera en que imparto mis clases, sino también la forma en que concibo el aprendizaje, el papel de los estudiantes y mi vínculo con la comunidad; durante el curso de transformación de la práctica docente me ha ayudado a poder ver aquellas áreas de oportunidad que tengo y en que puedo mejorar, con el fin de cambiar mis clases integrando a todos los agentes que conforman a la educación de cada uno de mis estudiantes.
Uno de los principales cambios que he vivido es el enfoque en la formación integral del alumnado, priorizando no sólo los contenidos académicos, sino también el desarrollo socioemocional, el pensamiento crítico, la colaboración y el respeto por la diversidad cultural. He aprendido a escuchar más a mis estudiantes, a conocer su contexto, y a reconocer sus saberes como punto de partida para construir aprendizajes significativos. Implementar proyectos integradores, diseñar situaciones de aprendizaje auténticas y fomentar la participación activa ha requerido mayor planeación, trabajo colaborativo con otros docentes y mucha creatividad. Al principio, fue un desafío salir de mi zona de confort, pero he podido ver cómo los estudiantes se involucran más, participan con entusiasmo y se sienten parte de su propio proceso educativo.
Además, la NEM ha reforzado en mí la importancia del vínculo con las familias y la comunidad, entendiendo que la escuela no es un espacio aislado, sino un nodo esencial dentro de una red de relaciones que favorecen el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes.
Reconozco que aún hay aspectos por mejorar, tanto en lo institucional como en mi práctica diaria. Sin embargo, tengo la convicción que poner en el centro a los estudiantes nos invita a ser agentes de cambio, comprometidos con una educación más justa, incluyente y humanista, ser mejor cada día me hace tener la motivación de crecer en todos los ámbitos, sé que aún me falta camino por recorrer pero siempre con la idea de que todo lo que se realiza es por el bien de cada uno de los niños, niñas y adolescentes que pasan por mi camino y que de cada uno de ellos me he llevado tantos aprendizajes que me han apoyado para crecer personal y profesionalmente, desde que esta reforma entro en vigor he tratado de crear proyectos que estén enfocados a las necesidades de mis grupos, manteniendo siempre esas ganas de seguir creciendo y ampliando mi conocimiento, con el firme propósito de que ese crecimiento se refleje en cada uno de mis estudiantes, impulsando su aprendizaje y su desarrollo.
